lunes, 3 de junio de 2013



ANÁLISIS CASO CLÍNICO



Integrantes: Claudia Andia y Débora Espinoza


Introducción.

A lo largo de nuestra vida profesional debemos tratar a distintos pacientes. Cada uno de ellos presentará distintas alteraciones las cuales debemos tratar, pero no tan solo nos debe interesar dicha alteración, si no que debemos debemos conocer el mundo que rodea a nuestro paciente es decir, su estrato social, nivel educacional, el trabajo que desempeña, etc. 

Al conocer al paciente en su propio mundo nos veremos enfrentados a diversas problemáticas que no solo serán por la patología o alteración que padece el paciente si no que serán derivadas de ese mundo (conflictos en el sistema de salud, en la legislación actual, etc.). Estas problemáticas no siempre las podremos resolver ya sea porque no nos incumbe como fonoaudiólogos o nos vemos atados de manos por la legislación, por el recinto en el cual trabajemos (ya sea público o privado) y si tratamos de resolverlas nos veremos enfrentado a diversos dilemas éticos. Para esto nos servirá el conocimiento profundo acerca de la ética, específicamente sobre la bioética. Pero para esto debemos tener las herramientas que nos entrega esta disciplina frente a dichos conflictos.
Con respecto a este caso en particular queremos enfocarnos en la detección de la problemática que suscita este caso clínico. Esta problemática nacería en el análisis de la conducta que manifiesta el fonoaudiólogo frente a la situación económica de la familia del paciente y en su “aprovechamiento” de parte de el para la madre del paciente, pretendemos analizar desde el punto de vista bioética si esto es correcto o no y las consecuencias que tiene tanto para el paciente como para su madre. Otro aspecto que se verá será la falta ética del profesional a la hora de pasar a llevar el derecho básico de toda persona al nacer, el derecho ser tratado dignamente. Además de analizar desde puntos de vista del derecho de los pacientes y las constricciones éticos del cuidar, y cuáles fueron los puntos que este fonoaudiólogo paso a llevar en cada arista presentada anteriormente. 



Marco referencial.


a) Programas y estrategias propuestas por el Ministerio de Salud y de Educación http://www.ayudamineduc.cl/informacion/info_nive/nive_espe/index.php


b) Definición del problema planteado: el problema se basa en como enfrenta el fonoaudiólogo la situación económica del paciente y como decide sacar provecho de dicha situación alargo el número de sesiones y disminuyendo el número de horas de éstas. 


c) Epidemiología del problema planteado: es una alteración en la articulación de algún o algunos fonemas bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos del habla o por la sustitución de estos por otros, de forma improcedente, en personas que no muestran patologías del sistema nervioso central, ni en los órganos fono articulatorios a nivel anatómico. 


d) Fisiopatología y/o etiología del problema planteado, según corresponda: Las dislalias con alteraciones en la articulación de algún o algunos fonemas, por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos del habla o por la sustitución de estos por otros. Factores etiológicos; incoordinación motora y falta de control motriz en los órganos articulatorios, problemas de discriminación auditiva, factores ambientales, bilingüismo, entre otros. 


e) Factores de riesgos biológicos, sicológicos y socioculturales del problema planteado: los factores en el caso serían la patología que presenta el paciente. Factores psicológicos la patología que presente el paciente puede influir, en el caso de que asista al colegio o jardín escolar, en el desarrollo del niño ya sea por sentirse distinto de sus compañeros, o por la segregación de ellos hacia él. Factores socioculturales: no se detalla en caso pero al ser la madre de recursos económicos limitados esto puede influir de diversas maneras, si la madre es de escasos recursos esto influye en el entorno del niño, en su educación.


f) Signos y síntomas del problema planteado: los signos más relevantes para la detección de la dislalia son observar si el niño tiene una correcta pronunciación del lenguaje que vaya de acuerdo a su desarrollo, ya que en temprana edad estas serian normales en el desarrollo del lenguaje. Procurar tener un seguimiento del crecimiento del niño y siempre estar pendientes de su desenvolvimiento. 


g) Intervención y/o tratamiento: el tratamiento lo hace un fonoaudiólogo el cual debe orientar lo de acuerdo a la etiología de la dislalia por lo cual estimularía al paciente de diversas maneras para el correcto desarrollo de la articulación de los fonemas o grupo de ellos alterados.





Análisis del Caso clínico simulado


El caso del cual se debatirá es el siguiente:


Niño de escasos recursos, es derivado del consultorio por tener dislalias a la escuela de lenguaje, pero no se puede ingresar esta patología, por lo que se debe consultar a un fonoaudiólogo particular. El profesional en su consulta no atiende por FONASA, única posibilidad de acceder al tratamiento por parte del niño. La madre conversa la situación con el fonoaudiólogo y llegan a un acuerdo de rebaja de arancel. Sin embargo, el Fonoaudiólogo para no perder dinero, aumenta el número de sesiones de evaluación y reduce el tiempo de atención en el tratamiento.”


El problema principal que presenta el caso, radica en la relación conducta manifestada por el fonoaudiólogo, en lo que respecta a la situación económica de la familia del niño y su afán de no perder ingresos a la hora de tratar a un paciente. 


Desde un punto de vista de la axiología en la fonoaudiología, el terapeuta de éste caso clínico, está distorsionando las virtudes, centrándolas en torno al dinero ya que hace primar esto frente a la idea de practicar activamente en su quehacer profesional, la rectitud y la justica para con el paciente. 
Al aumentar el número de sesiones y disminuir el tiempo está no solo obteniendo un provecho netamente económica, sino que también no está respetando al otro como un ser humano con derechos que merece un trato digno e igualitario a pesar de su carencia de recursos económicos. 
Si bien, el hecho de que piense en el efectivo que ganara al ejercer su práctica, esto no es malo porque más que mal uno trabaja para obtener dinero, el problema yace en que todo su actuar se justifica en la ganancia de este bien material; sin respetar no solo al paciente sino que a su familia, resulta algo deshonesto con la otra parte por las razones expuestas anteriormente. Más que entender la necesita económica de su paciente y la madre de él se aprovecha de esta necesidad y la verdad es que su actuar es poco empático hacia ellos e incluso tiene un comportamiento indiferente. 
Otro aspecto a considerar seria basándonos en los artículos del código de ética del fonoaudiólogo, en el cual el terapeuta estaría infringiendo una clausula ubicada en título II, artículo 4, sección b, ya que si bien, no lo hace de manera directa, atenta en contra de la dignidad de su paciente al aprovecharse de manera económica de la familia de éste; se aprovecha de la situación económica de ellos y se basa en la desinformación que tienen al respecto. Como por ejemplo del número de terapias que debería someterse normalmente el paciente, para poder así lograr no perder dinero. 
Otro punto a considerar sobre la ética del fonoaudiólogo del caso se encuentra en el título III artículo 5 sección b, donde está fallando gravemente en este artículo, con respecto al trato humano para con el paciente, ya que lo ve como un “cliente”, como un medio para obtener una mayor remuneración de manera inescrupulosa busca la manera de no perder en este caso, logrando así que al joven tratado no se le humanice.

Observando otra arista los derechos de los pacientes también se están viendo involucrados, se está siendo transgredido el Articulo 5 que habla sobre el trato digno y respetuoso que deben recibir las personas que buscan atención medica, sin importar si tienen recursos o no. En este caso al paciente no se le está dando un trato digno y respetuoso ya que como dijimos anteriormente se le ve como un medio económico y no como un ente que necesita resguardo. 

Cualquier profesional que trabaje en el área de salud, o trabaje en efecto con otras personas, tiene que tener clara cuales son las virtudes básicas y ineludibles para cuidar a un ser humano con excelencia profesional, las cuales son los constructos éticos del cuidar, hablan del deber ser de un profesional. 
En este caso, el profesional en cuestión está vulnerando las virtudes de la confianza y de la conciencia. En el primer caso, la familia del paciente confía ciegamente en que el fonoaudiólogo los guie para otorgarle a su hijo el mejor tratamiento que pueda, y confía en que este experto no lo hago con la intención de ganar más efectivo, sino que por el deseo de ayudar a mejorar las deficiencias que presente el paciente. Y en segundo lugar, el fonoaudiólogo a pesar de ser consciente de la falta de sustento económico de la familia, él busca la manera de seguir ganando en este caso. No es consecuente. 


Conclusión.

Débora Espinoza:
Ser profesional no significa atender al paciente, mejorar la patología que el padezca, hacer distintos tipos de terapia y darlo de alta. Significa además de esto entenderlo, conocer y entender sus necesidades, tener el criterio para poder atenderlas de manera correcta, significa ver al paciente en todas sus esferas. Al momento de enfrentarnos a un caso como el que hemos analizado a lo largo de éste informe, lo correcto sería que no manifestáramos dudas acerca de nuestro comportamiento, que no tuviéramos duda y que no cayéramos en prácticas como las cometidas en éste caso. Esto es porque el paciente no es tan solo una fuente de ingreso para nosotros si no que también es persona y como tal tiene derechos mínimos garantizado a lo largo de distintas instituciones; no tan solo por tales derechos debemos tratar al paciente como humano si no que también porque cada uno de nosotros debería tener como valor fundamental la empatía. 
Es difícil velar por que no se cumplan estos comportamientos, ya que es imposible observar minuciosamente el actuar de cada fonoaudiólogo, kinesiólogo, médico etc. Pero esta diferencia entre sistema público y privado no debería existir ya que la salud es un derecho garantizado en la declaración de los DDHH.



Claudia Andia: 
A lo largo de nuestro aprendizaje, nos instruyen con materiales indispensables para procurar efectuar un óptimo tratamiento a la hora de enfrentarnos a una patología, nos otorgan los instrumentos necesarios e incluso nos otorgan una visión clínica para guiar al nuestro paciente. Pero otro punto, tan relevante como los anteriores, es indispensable a la hora de enfrentar a otra persona, sería el trato humano hacia el prójimo. Al trata con pacientes a diario, siguiendo un protocolo impuesto por la institución a cargo del establecimiento, con reglas establecidas que casi no dan lugar para establecer una comunicación más allá de una anamnesis protocolar. Olvidando un poco que la persona que está al frente, no es un número más o un medio más por el cual se ganara más dinero. Hay que tener en consideración todo el tiempo, que se trata de otra persona. Que se cobre por un servicio, no lo vuelve un intercambio frío entre profesional y paciente, al contrario el paciente deposita en el profesional su confianza, en que será tratado justamente sin pasar a llevar sus derechos como persona. El respeto mutuo y el trato igualitario entre los seres humanos, es la base para cualquier sociedad en la que se sitúa. El pasar a llevar a otro solo por dinero, nos inhumaniza y nos vuelve todo lo contrario a lo que un buen profesional debe ser.

1 comentario:

  1. sin duda alguna todo este tema es un aspecto muy interesante para analizar, sobre todo si se quiere ser un buen profesional y tratar a la hora de tomar decisiones deliberar para que ésta sea la mejor para el paciente, y no dejarse llevar netamente por un sistema o por una directriz que guíe a todo lo contrario. Felicidades.

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