viernes, 19 de julio de 2013

Anencefalia y vida.

La anencefalia es una de las anomalías del tubo neural más comunes. Estas anomalías son defectos congénitos que afectan el tejido que crece en el cerebro y la médula espinal. La anencefalia ocurre a comienzos del desarrollo de un feto y se presenta cuando la porción superior del tubo neural no logra cerrarse. Las razones de su origen no están 100% determinadas, pero dentro de las posibles causas están el bajo consumo de ácido fólico durante el embarazo o por toxinas ambientales aunque también se cree que puede ser por algún defecto genético. Está enfermedad se puede observar a través de ecografía por lo cual la madre puede estar consciente de ésta malformación durante el segundo semestre de embarazo. Según James Drane (profesor Emérito de la Universidad de Edinboro de Pennsylvania, Doctor en Filosofía, Especialista en Bioética) en ésta malformación se está en ausencia de toda capacidad biológica para una experiencia humana. Ahora bien por que el concluye esto, son dos vertientes bioéticas que determinan cuándo una persona ha muerto, la primera es “muerte biologicista o del cerebro total”, en el cual existe muerte propiamente tal cuando ha cesado la función tanto de los hemisferios cerebrales como del tronco encefálico, la segunda es el criterio de muerte esencialista que tiene como definición de muerte a aquella en la cual el neocortex ha dejado de funcionar (el neocortex es centro de la conciencia). Ahora, el por qué de toda está introducción es para explicar el concepto de anencefalia y el concepto de muerte desde la bioética. 

Nosotros creemos que bajo estos términos, que en la condición fetal de anencefalia, no se puede hablar de ser humano. Si el embarazo es deseado o no, bajo cualquier circunstancia, su finalidad será trae un nuevo ser al mundo, una vida humana que sea viable y que a lo largo de su desarrollo pueda manifestar esta vida como un ser independiente, pero en el caso de los neonatos que nacen con ésta condición su vida no sería viable, y para su supervivencia sería totalmente necesario que vivan con respiradores artificiales, sondas para su alimentación, etc. Además, con respecto a su desarrollo cerebral, carecería de él y por consiguiente no desarrollaría funciones cerebrales superiores, carecería de conciencia, incluso de personalidad, simplemente se desarrollarían en el funciones primitivas del tronco cerebral por lo cual en términos médicos, estarían bajo muerte cerebral. Con respecto a la muerte de cerebro total y la muerte esencialista, los anencéfalos, estarían bajo una clasificación de muerte frente a ambos criterios, el primero ya que al no tener corteza cerebral nacen con nulo funcionamiento de los hemisferios cerebral y bajo el segundo por la misma razón, ya que al carecer de cerebro ni si quiera se alcanzó un mínimo funcionamiento de la neo corteza. Desde otro punto de vista, también existe un argumento ontogenético que sustenta nuestro pensamiento; en la ontogenia de los fetos con anencefalia, el desarrollo del cerebro de detiene en una etapa en la cual no se ha terminando de desarrollo todos los órganos, ay una diferencia total en cuanto a la anatomía y fisiología del encéfalo completo. Y también como especie esto sería fundamental ya que “… concluimos que ese ser no es un ser humano ya que se ha definido ontogenéticamente como otro ser (no caracterizable como humano); la morfogénesis del anencéfalo continúa constituyendo un órgano distinto al cerebro humano” Valenzuela, Carlos Y. (2011).
 Son por estos argumentos que estamos de acuerda por que éstos fetos se deberían abortar, ahora bien, es decisión de la madre tanto abortar como no hacerlo respetando el principio de autonomía y es el deber del personal médico explicar en qué consiste ésta condición para que la madre pueda tomar una decisión adecuada, indicar cuáles son las esperanzas de vida y aceptar de manera respetuosa la decisión que la madre tome. Es importante saber la cronología del embarazo, para que en el caso de que si se desea interrumpir el embarazo, la progenitora sufra el mínimo de daño posible respetando el principio de no maleficencia; además si esto se llegase a hacer sería también para mantener tanto la salud física como mental de a mujer haciendo primar así el principio de beneficencia. Y la justicia, como principio final para analizar, debe primar en todo servicio de salud, ya sea una madre de escasos recursos o no, ambas tienen el derecho a un servicio de atención médica que las proteja y vele por sobre todo, por sus vidas.



Bibliografía.
Valenzuela, Carlos Y. (2011). Ética científica del aborto en caso de anencefalia. Revista médica de Chile, 139(9), 1235-1239. Recuperado en 19 de julio de 2013, de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872011000900019&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0034-98872011000900019.
Távara-Orozco (2006).  La anencefalia como indicación médica para interrumplir el embarazo: sustento bibliográfico. Revista Peruana de Ginecología y  Obstetricia, 40-45. Recuperado en 19 de julio de 2013, de http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/ginecologia/vol52_n1/pdf/a07v52n1.pdf

1 comentario:

  1. Tema no menor. Si bien no son el centro del mundo es importante tratar temas como estos. Creo que estos casos nadie mas que los padres deben decir el que hacer con respecto a esta situación debido a que son ellos quienes están directamente afectados.

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